Un pequeño viaje a las montañas parecía una gran oportunidad para conocer a algunos chicos lindos. Para mi sorpresa, la pista estaba totalmente vacía, probablemente porque el telesilla estaba averiado. Pocas personas caminarían hasta la cima. El único chico atractivo era Ali, un estudiante de 20 años al que le encantaba el snowboard. Era malo, pero tenía que admirar su dedicación para mejorar. Además del snowboard, a Ali también le encantaba mi dinero. Después de hacer algunas poses semidesnudo, accedió a seguirme a casa.
Le prometí actividades más rentables. Su cuerpo era genial y su polla muy impresionante. No tenía mucha experiencia, pero intentó tocar su trasero hace un tiempo… eso definitivamente era una buena señal. Una vez que se sentó en mi polla, comenzó la verdadera diversión y a Ali le encantó. Pocas personas se han corrido tan rápido mientras montan mi polla.
