Este argelino tiene todo un braquemard: su amigo lucha por tragárselo entero en garganta profunda. Sin embargo, no puede resistir el impulso de sentirlo dentro de él. Así se pone a cuatro patas, arquea bien la espalda y se deja penetrar suavemente. Se ve tan bien que no tarda mucho en correrse. Por lo tanto, tendrá que abrir bien la boca para que le llenen la boca de leche.
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