Juan Florian tiene ese poder de atracción que las personas pasivas sienten inmediatamente en un hombre de verdad. ¡Apesta a sexo! Cuando te mira con sus ojos llenos de vicio, no eres más que un objeto sexual, una presa, un agujero donde quiere meter su polla de lascar. El tío desprende ese aroma masculino que tanto gusta a los gays pasivos y que puede detectar a 2 km de distancia. A cuatro patas delante del lascar, este tío guapo y tatuado se pone en modo chupador de soumi. Olisquea los cojones del joven macho, lame el glande de esta hermosa polla portuguesa que le pica los ojos, y ya se está mojando el culo, que está a punto de recibir una, bien dura.