Una gran polla para un culo estrecho

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Tras una intensa preparación, utilizando tres dedos para ensanchar suavemente, nuestro seductor compañero argelino introduce poco a poco su imponente virilidad circuncidada en la intimidad de la joven sumisa, sin apenas tomar precauciones.

Acoger este largo y ancho atributo es todo un reto para el compañero pasivo. A pesar de la dificultad, consigue, no sin esfuerzo y apretando los dientes, integrar plenamente esta presencia invasora. Una vez superada esta etapa, el macho dominante inicia un movimiento rítmico, seco y vigoroso, explorando con intensidad.

Hacía tiempo que nuestro activo no experimentaba el placer carnal, sus encuentros con mujeres estaban limitados por el intimidante tamaño de su sexo. Impulsado por un ardiente deseo de satisfacción, busca experimentar la plenitud en el estrecho abrazo que se le ofrece.