Adicto a la polla de Kad
Nathan solo piensa en la verga gruesa de Kad, el moro bien montado. Cuando Kad le propone que se la chupe, Nathan ni lo duda: se arrodilla de una.
Con la boca abierta, se traga esa verga venosa centímetro a centímetro, sintiendo cómo se pone dura en su garganta. Lo está gozando — por fin cumple su fantasía con un macho del barrio. Kad se deja adorar, disfrutando cada momento.
Editar comentario