Su pollón reparte alegría pura

Cuando Dzfuck llega al sitio de Salim Laroche, el pasivo árabe pelado ya está listo con los agujeros abiertos. Salim solo quiere una cosa: montarse esa polla gorda. Dzfuck viene armado: larga, gruesa y jugosa. Salim la adora como si fuera un dios. Su piel suave, su culo sabroso, todo le pone. Ese agujero es un sextoy de carne. Y cuando empieza a tragársela profunda, con esa carita de vicioso y sus gemidos calientes, se desata todo. Dzfuck le llena el cuerpo de lefa, sudor y placer.