Marroquí sumiso mama al playboy brasileño
Lucas Mancinni, guapazo brasileño, llega a París con ganas de que un chico de barrio le mame bien la verga. Encuentra a Cocksucker, un moro caliente del barrio, experto en tragar.
Se citan en una obra abandonada. El moro se arrodilla sin decir ni mu y le saca la polla. Se la traga con ansia, gimiendo, con babas cayendo. Le mama como si su vida dependiera de eso.
Lucas lo sujeta por el pelo: “Sigue, putita… haz que me corra.”
Cocksucker se excita más. Y cuando Lucas explota, le baña la cara. El moro lame todo como un perro sediento.
Editar comentario