Kalid, 24 años, morito punk del barrio, con actitud. Pero hoy… el pasivo es él. Un chico joven, guapo y con iniciativa, lo pone a cuatro.
Sin palabras, solo escupe y le mete la polla hasta el fondo. Kalid gime como una perra mientras le revientan el culo. Termina abierto y mojado.